febrero 28, 2007
Las obras de mi hija
Yo te contemplo silenciosa el sigilo con el cual Isidora va creando universos, son seres de otros planetas, lejanos, recónditos, esos que sólo encuentra en sus sueños, con los cuales juega e inventa.
Ser cómplice de su aventura es todo un desafío, debo imaginar seres con un ojo, con tres manos y que vuelan sobre los océanos. Todos son buenos y mágicos a la vez, son una mezcla de hadas y leyendas que sólo ella me hace saber.
Amo infinitamente la mezcla de los colores que estampa en sus creaciones. Le encanta hacernos parte de su obra, diciéndonos que necesita nuestra aprobación y en su gran generosidad crea un dibujo para cada uno, es una forma de hacernos saber que todos somos especiales para ella.
Veo sus manitos pequeñas que empuñan lápices de cera y de madera o que se bañan de témpera y bailan como golondrinas sobre las hojas, sin tener márgenes ni restricciones para expresarse. Cuando la veo tan completa y extasiada en su intento, quisiera volver a sentirme pequeña, donde lo más maravilloso que podría hacer en un día era un regalo para mi viejo, sin preocuparme como hoy de la hora, del trabajo o el nuevo compromiso adquirido con el amigo de mi suegro.
febrero 27, 2007
Soberbio de amor
Imploré a los astros, porque nada existiera
y entonces elegir la soledad.
El astro mayor cegó mi mirada
y en señal de soberbia no me quiso escuchar.
En la noche más oscura de las noches,
a la luna imploré una respuesta,
y ella sólo se dedicó a menguar.
Dejé pasar el tiempo con corazón marchito, pero en paz.
Pedí a Dios cordura y me regaló tranquilidad.
Le pedí no creer en nada, ni en nadie más y me regaló su fe.
Quise suplicar para que mis sentidos se durmieran
y me regaló un amanecer.
Quise aletargar los besos de mi boca y los transformó en miel.
Rogué porque en danzas milenarias,
tribus me regalaran mi redención.
Si se me hizo bella, si se me dio corazón generoso
¿Por qué debo partirme en dos?
En el amanecer del crepúsculo de mi noche,
más eterna que ninguna otra, me perdí en tus ojos
y navegué en el verde mar de tu mirada.
Dios sabe que quería soledad y me regaló tu compañía.
Cuestioné esta bendición perentoria, luego me entregué a tu querer.
Y me sentí niña entre tus brazos acogida,
y me sentí mujer a tus labios adosada.
Mujer incondicional llegó a tu vida,
que sintiéndose sin vida volvió a nacer,
mujer de pan de barro construida,
ha vuelto a latir.
Y no es menos cierto que el tiempo cura las heridas,
tú viniste para ser mi sanador,
hacedor de vida en tus manos, la luz me regaló.
Pareciera que he esperado por milenios tu llegada
¿Será que al fin Dios escuchó?
Ofrendo lo que soy y mi mirada,
y esta mitad hembra que no alcanza el sosiego,
en manos crespadas tu amor quiere alcanzar,
no habrá dicha más certera en la tierra,
tú y yo en paz.
Dejé atrás la melancolía, sólo las ansias hacen acallar,
el grito incontrolable que te llama, para no marcharte más.
Y es esta sangre masacrada que hoy ofrenda bondad,
la que se entrega al inicio de la suerte que hemos de hallar.
y entonces elegir la soledad.
El astro mayor cegó mi mirada
y en señal de soberbia no me quiso escuchar.
En la noche más oscura de las noches,
a la luna imploré una respuesta,
y ella sólo se dedicó a menguar.
Dejé pasar el tiempo con corazón marchito, pero en paz.
Pedí a Dios cordura y me regaló tranquilidad.
Le pedí no creer en nada, ni en nadie más y me regaló su fe.
Quise suplicar para que mis sentidos se durmieran
y me regaló un amanecer.
Quise aletargar los besos de mi boca y los transformó en miel.
Rogué porque en danzas milenarias,
tribus me regalaran mi redención.
Si se me hizo bella, si se me dio corazón generoso
¿Por qué debo partirme en dos?
En el amanecer del crepúsculo de mi noche,
más eterna que ninguna otra, me perdí en tus ojos
y navegué en el verde mar de tu mirada.
Dios sabe que quería soledad y me regaló tu compañía.
Cuestioné esta bendición perentoria, luego me entregué a tu querer.
Y me sentí niña entre tus brazos acogida,
y me sentí mujer a tus labios adosada.
Mujer incondicional llegó a tu vida,
que sintiéndose sin vida volvió a nacer,
mujer de pan de barro construida,
ha vuelto a latir.
Y no es menos cierto que el tiempo cura las heridas,
tú viniste para ser mi sanador,
hacedor de vida en tus manos, la luz me regaló.
Pareciera que he esperado por milenios tu llegada
¿Será que al fin Dios escuchó?
Ofrendo lo que soy y mi mirada,
y esta mitad hembra que no alcanza el sosiego,
en manos crespadas tu amor quiere alcanzar,
no habrá dicha más certera en la tierra,
tú y yo en paz.
Dejé atrás la melancolía, sólo las ansias hacen acallar,
el grito incontrolable que te llama, para no marcharte más.
Y es esta sangre masacrada que hoy ofrenda bondad,
la que se entrega al inicio de la suerte que hemos de hallar.
febrero 26, 2007
Mi primera experiencia
Estoy aquí sentada frente a la pantalla, tratando de decir cosas o sentimientos para darlos a conocer a "los otros"...aquellos que quieran escuchar mi voz quieta y pausada...
Tal vez esta primera experiecia sea un pobre acercamiento a lo que sin duda, algún día puede ser este canal de comunicación al que me enfrento ansiosa de conocer...
Es para mi una aproximación a una nueva forma expresarme, una nueva forma de experimentar en un papel que no tiene celulosa, pero con el cual podré repartir mis ideas y mis emociones.
Tal vez esta primera experiecia sea un pobre acercamiento a lo que sin duda, algún día puede ser este canal de comunicación al que me enfrento ansiosa de conocer...
Es para mi una aproximación a una nueva forma expresarme, una nueva forma de experimentar en un papel que no tiene celulosa, pero con el cual podré repartir mis ideas y mis emociones.
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