julio 15, 2007

si olvido, si perdono...

Para perdonar debo generar opresión interna,
mutilar una parte de mi razón inquieta,
pedirle a Zeus una lección de sabiduría y
comenzar una plegaria para calmar mi ansiedad.

Para perdonar debo mermar la euforia,
debo comenzar por aplacar esa historia casi muerta,
la llama que todos creyeron inmortal.

Amor, amor dónde te has ido.
Amor, amor quién te mutiló.

4 comentarios:

Nerim dijo...

Según Jacinto Benavente, el más noble orgullo para una mujer, por mucho que la hayan ofendido, es poder perdonar siempre sin tener que arrepentirse.
Perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y un mucho de comodidad.
Sabias palabras, no te parece?
Un abrazo
Nerim

Gabriel Bunster dijo...

Perdonar puede verse también como una forma de liberación.
Y liberarme me abre espacios de abrirme a nuevas posibilidades con apertura y buena onda.
Saludos

Kanelo dijo...

En un Reader Digest de los años '70 ví un artículo llamado El poder curativo del perdón, no capté bien el alcance del mismo, pero la vida da la oportunidad de probarlo. Aunque cueste, perdonar no sólo es atributo divino, sino que para los mundanos conlleva una suerte de inteligencia, después de todo ¿quién carga con el lastre en el alma, el que odia o el que es odiado sin que él lo sepa?.

Un abrazo.

DémoNan dijo...

Para perdonar sólo se necesita querer hacerlo, liberarte, el perdón si se siente sincero es mucho mejor que vivir con rencor.

Besitos y gracias por tu visita.