marzo 25, 2007
En lo simple, me encuentro con lo bello
En mis vacaciones tuve la oportunidad de encontrarme con un ser increíblemente especial, un joven tarotista, por el cual siento un enorme respeto. Nos juntamos en mi casa, antes de partir a la playa con mi familia. Estaba muy ansiosa por saber qué podría pasar este año…tenemos muchos planes y algunos se habían entrampado en el camino y me decidí a pedirle alguna manito a los astros. Esto es muy loco en mi, porque soy un ser muy creyente, tengo a Dios presente en todos y cada momento de mi vida y tengo la certeza que soy un instrumento de mi Creador, pero a la vez, tengo desarrollado este otro lado de mi ser “algo esotérico” y al cual respeto también, por que generalmente no se equivoca respecto de sus percepciones o las sensaciones que los otros o las situaciones le provocan, por lo cual, de cuando en vez y de vez en cuando le pido una ayudita a aquellos buenos amigos que pueden, mediante algún tipo de oráculo, apoyarme en alguna decisión.
Pues bien, la hora de la verdad llegó y entre la lectura de la energía de mis manos…lo cual fue muy certero y que no cabe mencionar en este posteo, tal vez lo deje para otra oportunidad…este amigo de alma me dijo (sin yo antes haber hecho algún comentario y sin él haber estado antes en mi casa) ¿quién es esa persona de la foto?, yo en mi casa tengo muchas fotografías de mis seres queridos, por lo tanto, tuve que poner atención para saber de cuál foto me estaba hablando, entonces me di cuenta que era la foto de mi Tata Roberto, y le contesto que es él (sin señalar que estaba muerto), entonces me dice: él fuma. Ahí yo sentí un escalofrío que me recorrió el cuerpo y me pregunté a mi misma: ¿cómo puede saber que él fumaba? En la foto mi Tata está vestido con uniforme de la aviación y es muy joven, cero posibilidad de darse cuenta. Entonces vino lo mejor…me señaló que él se sentaba en el lado derecho del sillón del living y que en ese momento él estaba ahí sentado y fumando. Yo confesé en ese minuto que desde el día que el murió, el 15 de mayo de 2005 a 6 días de su cumpleaños Nº 81, yo siempre lo he sentido cerca de mi, no sólo en mi casa, sino permanentemente en mi vida.
Mis muertos son mis ángeles, mis almas complementarias, mi fortaleza en la debilidad.
En más de alguna oportunidad estando en mi hogar, he sentido de la nada el aroma al tabaco qué él fumaba, el cálido olor del ánfora en la pipa con una mezcla de vainilla que todo lo invadía. Oler sus chalecos al abrazarlo era una maravillosa locura, así como mirarlo en el invierno al lado de la chimenea, sentado en su sillón bebiendo una humeante taza de café con la lluvia entregando bello concierto mientras aromas a húmedo pasto entraban por la ventana. Estos recuerdos me devuelven a hipnóticos momentos que yo no quiero nunca olvidar.
Pero vuelvo al encuentro con mi tarotista…me dijo que no permitiera que la gente se sentara donde él estaba ahora, ya que ese es su lugar favorito en mi casa, entonces recordé que en general mi Tata disfrutaba de los distintos rincones de mi hogar y cada vez que venía elegía uno distinto, entonces pensé: “después de haberte ido elegiste un nuevo lugar, éste en el sillón, al lado del teléfono, cerca de la foto de mis niños que tú amas tanto, tal vez estás a la espera de un llamado telefónico…entre nosotros no hay historia inconclusa, yo te amo y te seguiré amando siempre y sé que donde estés tú me amas…guardaré ese lado del sillón para ti, a la espera de que algún día pueda ocupar un lugar junto a ti para volver a tener interesantes conversaciones que espero no tengan que terminar”.
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3 comentarios:
Susana,
Tu relato es hermoso y el olor a tabaco aún lo percibo... Muchisimas gracias por tus palabras en Carta Postal y espero tenerte de vuelta por ahí, porque sin duda yo volveré por esto lados. Te dejo un gran abrazo!
Paula
Ellos siempre están cerca, son como los ángeles.
Saludos, Su.
Su:
Entiendo tan de cerca lo que es tener al ángel de un ser querido siempre presente... mi Hopp siempre está ahí... lo siento, lo percibo. Sé que nos cuida, que nos protege y nos colma de bendiciones.
Un beso.
Peky.
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